Facilitar que los alumnos no pierdan el curso escolar, mediante la flexibilización del currículo y una “evaluación global, continua e integral” de cada estudiante, que tenga en cuenta las competencias básicas. Ese es el principio fundamental del acuerdo alcanzado en la Conferencia Sectorial de Educación y que ha dado a conocer la Ministra de Educación, Isabel Celaá, quien ha insistido en que la idea es adaptar el sistema educativo y su organización a la situación excepcional que se está viviendo, para que ningún niño se vea perjudicado en sus estudios debido a la crisis sanitaria.
La ministra ha desmentido que se vaya a dar un aprobado general y ha defendido que se trata de ser flexibles con los contenidos y centrarse en lo esencial, analizando caso por caso y evaluando de forma global teniendo en cuenta las circunstancias. En este sentido, ha asegurado que “el tercer trimestre debe contar en positivo, nunca en negativo, porque no sería justo dadas las circunstancias en las que se encuentra la sociedad; hay que considerar cómo están viviendo las familias con casas que se han convertido en centros educativos y a veces en centros sanitarios, con niños de edades muy diferentes, niños pequeños y adolescentes juntos, en casas pequeñas…”, ha recordado la ministra, que se ha referido también a las diferencias de recursos tecnológicos, la llamada brecha digital, entre unos alumnos y otros.
La promoción, por tanto, no será automática, sino que dependerá de los profesores, que tendrán que “dar a cada estudiante la mejor solución para continuar sus estudios”. La repetición de curso será algo excepcional, ya que, según el Ministerio, repetir es siempre algo extraordinario y en la actual situación lo tiene que ser igual, o incluso más, sólo para casos muy concretos en los que haya un diagnóstico muy argumentado por parte del equipo docente y deberá ser autorizado por las autoridades educativas.
En cuanto a los alumnos que tengan suspensos, podrán recuperar en este tercer trimestre mediante diferentes fórmulas y herramientas que establezca cada profesor, o también en septiembre, si así se considera por parte de cada equipo docente y cada centro, dentro de las competencias que tienen.
Centros abiertos en julio
El principio de acuerdo, que debe cerrarse con la adhesión de las Comunidades, establece que el curso finalizará en junio e incluye un plan de apertura de centros educativos en el mes de julio, pero con actividades lúdicas o de aprendizaje, pero no lectivas. Estas actividades, aún por definir, serán voluntarias para los niños y estarán centradas en dar espacios abiertos para los niños después del confinamiento. Estarán a cargo de personal que no serían los profesores, o sí, pero de forma voluntaria para el que quiera participar, ya que este programa no se consideraría parte del curso.